De todos es sabido que gran parte del tiempo que pasamos en el trabajo transcurre en lo que habitualmente llamamos reuniones.
A la hora de computar este tiempo debemos sumar todo aquello referente a la convocatoria de la reunión, establecer la agenda, reserva de la sala, disponer de los medios necesarios, redacción de actas, aprobaciones, acciones a realizar, nuevas convocatorias, etc... de modo que la reunión se convierte en un proceso cíclico que se alimenta a si mismo en el que no es fácil saber cuando fue la primera reunión sobre un tema y mucho menos cuando será la última.
A la hora de computar este tiempo debemos sumar todo aquello referente a la convocatoria de la reunión, establecer la agenda, reserva de la sala, disponer de los medios necesarios, redacción de actas, aprobaciones, acciones a realizar, nuevas convocatorias, etc... de modo que la reunión se convierte en un proceso cíclico que se alimenta a si mismo en el que no es fácil saber cuando fue la primera reunión sobre un tema y mucho menos cuando será la última.
Debo advertir que mi opinión sobre las reuniones no es buena. Probablemente, con lo que leais a continuación confirmará mis palabras, pero prefiero ser sincero desde un primer momento. Y no es que piense que reunirse sea una mala práctica, que yo sea un ser antisocial o tenga problemas de comunicación. Nada de eso, por el contrario, la reunión en origen cumplía una función vital de compartir ideas entre todos los asistentes con la mente puesta en la consecución de un objetivo común, mediante la
realización de una serie de tareas.
Sin embargo, la realidad nos demuestra que las reuniones se han convertido en una gran coartada, o mejor dicho, en la suma de varias coartadas. Como mi opinión es un tanto arriesgada intentaré explicarlo a continuación:
Sin embargo, la realidad nos demuestra que las reuniones se han convertido en una gran coartada, o mejor dicho, en la suma de varias coartadas. Como mi opinión es un tanto arriesgada intentaré explicarlo a continuación:
Coartada1: Estoy muy ocupado, llevo todo el día de reuniones.
Probablemente, ésta sea la coartada más habitual y la más extendida, pues es utilizada en todos los niveles de la escala profesional y más, cuanto más grande es la organización. Existen auténticos ‘profesionales’ de las reuniones. Son personajes que airean de forma notoria lo ocupados que están en reuniones, que no tienen tiempo para nada, que salen muy tarde de ellas, etc...
Algunos quizás puedan llegar al cinismo que hizo gala el matemático Karl F. Gauss (1777-1855) , que se enfrascaba tanto en sus jornadas de trabajo que cuando le dijeron que su esposa estaba a punto de morir este respondió: “Sí, si, pero digale que se espere un momento hasta que acabe con esto”.
Pero, realmente, lo que están haciendo es ocultar la realidad. Son personas que realizan muy poco trabajo operativo y se escudan en las profusas e interminables reuniones para justificar su sueldo y su puesto.
Sin ir más lejos les comentaré el caso de Nestor Meetings. Es muy frecuente verle con aspecto atareado y agobiado, intentando manejar al mismo tiempo el teléfono y la agenda electrónica. Es de esas personas de las que conocemos su vida, y no es que sea Beckham o Mar Flores y lo cuenten en las revistas del corazón.
Es que te lo cuenta él, o mejor dicho, lo habla en voz alta. Bien por telefono teléfono, bien con la persona de la mesa de enfrente, aunque la mesa esté a diez metros, e incluso sólo, ya que es de los que habla en voz alta.
Todos en la oficina sabemos que esta divorciado de Mara, su anterior esposa. Se divorciaron hace tres años. En principio el divorcio fue amistoso, para no perjudicar a los niños, Lucía, de 9 años y Daniel, el pequeño, de 6. Sin embargo, parece que la nueva novia de Néstor, que es una chica venezolana, llamada Claudia, esta enfriando esta buena relación y el régimen de visitas ya no es tan amistoso como antes. Incluso, han tenido algún problema que ha supuesto una intervención judicial. Todos conocemos también a Julián, que es el mecánico de Néstor.
Lamentablemente, tiene que llevar el Audi con demasiada frecuencia al taller y todos creemos que deber ser por el camino de tierra que conduce a su casa de campo. No lo asfaltan por falta de acuerdo de los vecinos y no hace más que llenarse de barro y piedras que están estropeando la amortiguación. La culpa de que no asfalten el camino la tiene el ‘tonto de Luis’, que es como conocemos al vecino de Néstor. Un alto cargo del Santander, que no hace mas que hacerle la vida imposible, desde que Néstor se mudó alli y se construyó la casa.
La casa nos ha quedado bonita, aunque tuvimos ciertos problemas con el albañil, Manolo, que se empeñó en que no quería construir una piscina sobre ese terreno tan blando, cuando el resto de la gente la tiene, pero finalmente accedió y nos ha quedado perfecta. A Claudia le gusta.... pero... pero... pero... que me pasa... estoy empezando a adoptar la vida de Néstor.... No me extraña, de tanto escucharle empiezo a tener un problema de personalidad. Por favor, que le pongan un silenciador a este tío !!!!!!
Como se podrán imaginar seguir la agenda laboral de Néstor es bastante fácil, por lo cual se llega a la conclusión de que es una persona muy ocupada, ya que siempre esta reunido o a punto de ir a una reunión. Incluso, a veces, se da el caso de que acude a dos reuniones simultáneamente .
Este hecho, convenientemente realzado por el mismo, es bastante odiado por sus compañeros de reuniones que no dejan de verse interrumpidos por llamadas a su móvil, apariciones de personas en la puerta que reclaman su presencia o súbitas fugas de Néstor aduciendo lo apretada de su agenda y la necesidad imperiosa de acudir a su siguiente reunión.
Todas las interrupciones anteriores, ya molestas de por sí, se ven acrecentadas por la melodía elegida por el personaje para su móvil. Se trata de la versión adaptada del gran éxito ‘Soy Rumbera’ interpretada por Melody.
Ya se que hay gente que piensan que éstas cosas no pueden estar sucediendo en un país civilizado como es España. Pues si, suceden. Y si siguen sucediendo, quizás este país deje de ser civilizado, por que no me digan ustedes que son capaces de soportan semejante tono, en una sala de reuniones, sin escapatoria, ni posibilidad de huida. Néstor dice que tiene la melodía por que le gusta a su hija, pero no nos lo creemos. Le hemos oído canturrear en el baño lo último de Camela, y los grandes éxitos de Chenoa. Que no nos mienta, le gusta, pero que no nos torture, por favor.
Coartada 2: Hay que montar una reunión de alto nivel para solucionarlo.
(Continuará...)
Podéis ver más capitulos sobre trabajo en el libro gratuito descargable La Gacela de Wirayut